Una pesa es una unidad de medida materializada, es decir un instrumento de medición con características muy particulares y en función de estas debe tener ciertas condiciones de operación específicas, tener una calibración de pesas programada y recibir un mantenimiento adecuado.

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Medir es algo fundamental para el desarrollo de la sociedad actual, los grandes logros de la ciencia y tecnología, como son los sistemas GPS (Global Positioning System) o el Gran Colisionador de hadrones del CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire), no serían posibles sin la mejora en los sistemas de medición que se dieron desde los tiempos de la Revolución Francesa y sobre todo en el siglo XX. El comercio global que requiere intercambios equitativos sería difícil imaginar sin un sistema de unidades de medida universal y equipos de medición confiables; o imaginar que un producto electrónico cuyos componentes se pueden producir en diversos países y ensamblarse en otro distinto sería imposible si no pudiésemos confiar en que todos medimos de manera similar y dentro de ciertas tolerancias.

Una pesa es un instrumento de medición que representa cierta cantidad de masa y se utiliza, principalmente, para calibrar, ajustar y verificar otros instrumentos de medición, como son las básculas y balanzas, otras pesas y balanzas de pesos muertos, entre otros. De una pesa depende la trazabilidad de la magnitud de masa y, por tanto, de las magnitudes que se derivan de la masa, como son fuerza y presión.

Hay que tomar en cuenta cuatro conceptos que son básicos en metrología y que a veces se prestan a confusión:

  1. Calibrar es determinar el error de un instrumento, es decir la desviación que ese instrumento tiene con relación a un valor «ideal».
  2. Ajustar es «acercar» la indicación de un instrumento a un valor «ideal».
  3. Verificar es revisar que el instrumento cumpla con ciertas especificaciones.
  4. Trazabilidad es establecer por medio de una cadena de comparaciones una relación entre distintos instrumentos o sistemas de medición, con un único instrumento. Esto para garantizar que cualquier medición sea equiparable.

Para garantizar que con la pesa con la cual calibramos, verificamos o ajustamos cualquier otro instrumento de medición de trazabilidad a las mediciones hechas con dicho instrumento debe estar calibrada.

La calibración de una pesa implica determinar su error y asignarle una incertidumbre. Es decir, determinar cuánto se desvía su valor de masa convencional de su valor nominal y a ese valor asignarle otro valor que representa una duda razonable en cuanto a la desviación con respecto al valor nominal.

Una pesa es una unidad de medida materializada, es decir, es un objeto con características particulares, que representa cierta cantidad de masa. Esa cantidad de masa que representa es lo que se conoce como valor nominal. Por ejemplo, una pesa con valor nominal de un kilogramo, representa un kilogramo, pero su cantidad de masa convencional, en la gran mayoría de los casos no coincide, se desvía un poco con respecto a ese «valor ideal» de un kilogramo. Al calibrar la pesa podemos conocer que tanto se desvía de 1 kilogramo el valor de su masa convencional de dicha pesa, si su valor es de 999.999 gramos o de 1,0000.001 gramos, continuando con el ejemplo. Pero también, al calibrar una pesa, al valor de masa convencional que obtenemos le asignamos una incertidumbre, es decir, calculamos cuál es el intervalo en el que confiamos que se encuentre ese resultado. Al calibrar una pesa y obtener estos valores: error e incertidumbre, podemos realizar mediciones más confiables, con mayor precisión y exactitud, y comparables con otras mediciones efectuadas con pesas igualmente calibradas.

Las pesas se catalogan en diversas clases de exactitud. Están determinadas por diversas características tanto técnicas (forma, material, densidad, etc.) como metrológicas: el error máximo permitido.  De todas las características de una pesa, los laboratorios de calibración determinamos el error de su masa convencional y le asignamos una incertidumbre a partir de la clase de la pesa. Estos valores se reportan en un certificado.

Una pesa está diseñada para, según su clase, tener cierta estabilidad en el tiempo. El material con el que se construye es para garantizar durabilidad, pero también estabilidad en su valor de masa convencional; los límites en su densidad facilitan su comparación en la calibración; su forma facilita su manipulación previniendo daños en el instrumento. Pero a pesar de todo esto, el valor de masa convencional de la pesa puede sufrir variaciones con el paso del tiempo. Al colocar una pesa sobre el plato de una balanza, la pesa sufre desgaste y pierde masa o al estar almacenada puede acumular polvo, introducirse este en la cavidad de ajuste y aumentar su valor de masa. Por eso es necesario calibrar una pesa de manera periódica: para conocer las alteraciones que su valor de masa convencional sufre en el transcurso del tiempo.

El proceso de calibración de una pesa es complejo, implica una serie de operaciones en un entorno con ciertas condiciones ambientales controladas y con instrumentos de medición de cierta exactitud. Requiere de cierto tiempo para llevarse a cabo, pero también de recursos materiales y económicos. Por eso algunos usuarios de pesas aplazan la calibración de sus instrumentos o de plano la evitan. Esto puede repercutir de manera negativa en sus mediciones, haciéndolas poco confiables. Otros usuarios al entender de manera incorrecta el proceso de calibración de una pesa y confundir dicho proceso con el de ajuste o de verificación, ignoran el resultado de dicha calibración y asumen que su instrumento está en las condiciones que ellos requieren.

Con la calibración de pesas se asegura un valor de masa convencional lo más preciso posible y una incertidumbre adecuada para el proceso de medición requerido. Además de establecer un parámetro de comparación con otras mediciones de masa. Esto garantiza procesos industriales óptimos, el uso adecuado de recursos, resultados del proceso con mayor calidad y por tanto un ahorro en general. En transacciones comerciales se garantiza un intercambio más justo generando así mayor confianza en las partes interesadas.

La calibración de pesas puede parecer, en principio, un gasto y tiempo perdido; pero el enfoque debería ser como una inversión en dinero y tiempo que redituarán en mejores procesos, optimización de recursos y mayor confianza con los clientes. En Masstech somos una empresa orgullosamente mexicana creada en 1995 como laboratorio de metrología en las áreas de masa y temperatura. Ofrecemos los servicios de calibración certificados para cualquier tipo de pesa. Si desean conocer más información, los invitamos a comunicarse con nuestro personal vía telefónica al (55) 5576 7356, (55) 5359 4981 y (55) 5358 5653.