La calibración de termómetros es indispensable para muchas actividades industriales, especialmente para las relacionadas con la producción de bebidas y alimentos. Abarca no solo las realizadas por profesionales y empresas externas, también las rutinarias efectuadas por parte de personal interno. Es importante que este conozca la importancia de las calibraciones rutinarias, también la manera adecuada en que deben realizarse.
¿Qué es la calibración de termómetros rutinaria dentro de la industria alimentaria?
Uno de los factores cruciales para controlar los patógenos en los alimentos es el control de la temperatura. Los microorganismos que pueden provocar enfermedad, por ejemplo, las bacterias, crecen lento en entornos con bajas temperaturas, se multiplican de forma rápida a temperaturas de rango medio y mueren si son sometidas temperaturas altas. Los alimentos y bebidas, por motivos de seguridad, tienen que mantenerse a temperaturas frías para evitar el crecimiento de las bacterias cocinarse a temperaturas lo suficientemente elevadas como para matar a las presentes.
Usar un termómetro es crucial al cocinar carne de res o cerdo, aves y productos de huevo con el fin de evitar la cocción insuficiente y, por ende prevenir las enfermedades que pueden transmitir estos alimentos. Algunos productores de alimentos pequeños e informales creen que el uso de indicadores visibles, por ejemplo, los cambios de color o textura, pueden utilizarse para determinar si los comestibles se cocinan al grado de aniquilar los patógenos, sin embargo, investigaciones recientes demuestran que estos indicadores no son confiables.
La única manera de saber si se ha logrado una temperatura adecuada es mediante el uso de termómetros. Permiten que la cocción, enfriamiento, recalentamiento y conservación se mantengan en niveles óptimos y se realicen cumpliendo las normativas que reclaman las autoridades locales. Las empresas de alimentos tienen que asegurarse de que los termómetros sean precisos en sus mediciones, y en caso contrario, someterlos a remplazos o ajustes. El último se llama calibración, y puede resultar afectada la industria alimenticia si no se considera.
La calibración de termómetros tiene que realizarse de dos maneras: una periódica (de manera anual o tras varios meses) y otra rutinaria. La primera tiene que ser efectuada por expertos en metrología industrial, debido a que implica ajustes sumamente detallados para que los termómetros tengan un rango de error nulo. Pese a no realizarse con tanta frecuencia, es indispensable para fijar el parámetro que orientara las mediciones diarias. La segunda se realiza de forma diaria y no requiere de especialistas en metrología, pero si personal capacitado para que el termómetro se mantenga preciso.
La calibración de termómetros rutinaria suele llamarse también como calibración in situ. Permite que ofrezcan lecturas precisas después de varios usos, asimismo, para evitar desajustes después de que fueron sometidos a cambios de temperatura extremos, por ejemplo, cuando se usa uno en un alimento caliente y posteriormente en uno congelado. La calibración In situ se refiere a los trabajos que por diversas razones, no se efectúan en un laboratorio externo, sino que el técnico forma parte de la empresa o se desplaza a sus instalaciones con mayor regularidad para prestar servicios.
Algunas razones por las que se realiza la calibración de instrumentos para temperatura rutinaria e in situ es por sus características. Hay instrumentos que no pueden transportarse por sus dimensiones, que pueden desajustarse en el trayecto o que ligeras variaciones en el sitio de trabajo los desajustan. En el caso de los termómetros se realiza por la necesidad de calibrarlo en breves lapsos por sus constantes desajustes. También se realizan por necesidades de la producción de alimentos, además, permite que se eviten envíos de instrumentos, retrasos en la producción y tiempos muertos.
Hay diversos termómetros que se usan en la industria alimentaria, sin embargo, los más utilizados son los de varilla tipo analógicos y los digitales. Los últimos son los preferidos debido a que pueden medir la temperatura de forma rápida, además, puede usarse para alimentos delgados o gruesos, por ejemplo, salsas o trozos de carne. Los analógicos son un poco más lentos para realizar lecturas y tienen que introducirse en los alimentos de manera profunda, por lo que su uso no se recomienda para comestibles delgadas.
Ambos pueden sufrir desajustes debido al uso constante por lo que es indispensable la calibración de termómetros. Tienen que realizarse por dos métodos: el de agua helada y punto de ebullición. El primero es el más usado, y es el que tiene que usarse, a menos que no cuenten con hielo. Deben considerar que los termómetros de varilla digitales no pueden ser sometidos a calibración rutinaria, por lo que es crucial solicitar el respaldo de expertos y su ajuste en un laboratorio de metrología como Masstech. Sin embargo, pueden realizar un mantenimiento básico a los termómetros digitales e infrarrojos.
¿Cómo calibrar un termómetro de varillas analógico?
Si cuentan con un termómetro analógico, pueden calibrarlo recurriendo a los siguientes métodos:
- Agua congelada. Para este método, tienen que llenar un vaso grande con hielo finamente picado. Añadan agua limpia del grifo a la parte superior del hielo y revuelvan bien. Posteriormente sumerjan el vástago del termómetro con un mínimo de cinco centímetros en la mezcla, sin que toque el fondo y los laterales del vaso. Aguarden aproximadamente 30 segundos antes de ajustar. Sin quitar el vástago del hielo, sostengan la tuerca de ajuste que se encuentra debajo de la cabeza del termómetro con una herramienta adecuada y giren para que el puntero lea 0 °C (32 °F).
- Agua hirviendo. Para usar este método pongan a hervir una olla con agua limpia. Cuando hierva, sumerjan el vástago del termómetro durante 30 segundos y con una distancia mínima de cinco centímetros. Para un manejo más sencillo, pueden colocar el vástago a través de la sección de clip de la funda que está incluida, sujetarla de forma horizontal, y posteriormente descenderla al agua hirviendo. Sin quitar el vástago de la olla, sostengan la tuerca de ajuste debajo de la cabeza del termómetro y gírenla para que el termómetro lea 100 °C (212 °F).
Incluso si el termómetro para alimentos no puede calibrarse por estos métodos, tienen que verificar su precisión por medio de otros métodos, los cuales conocen los expertos en metrología. Si desean una calibración periódica o de termómetros digitales, contacten al personal de Masstech a través de la línea (55)5357 1943, (55) 5359 5356, (55) 5576 7356, (55) 5359 4981, (55) 5358 5653 o completen el formulario en nuestro sitio web.